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lunes, 29 abril 2024
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Agua: Flota, flota y se hunde

Por Pablo E. Arahuete

Bajo la superficie, Agua, segundo trabajo de Verónica Chen, es una cosa y fuera de ella se transforma en otra. Es decir, se trata de un film problemático, arrítmico y desparejo que deja una sensación ambigua en su balance final.

Quizás el mayor problema resida en que no hay un aspecto o zona que no funcione integralmente, sino que esos desajustes van trasluciendo fallas de un guion al que le falta un rumbo y que adopta ciertos vicios desde el tono y las subtramas completamente a contracorriente de la historia central.

Da la impresión de que algo que debiera operar como trasfondo, es decir, la relación del protagonista con su medio, aquí ocupa el centro y no guarda proporción con el mundo verdaderamente interesante, el acuático -por decirlo de algún modo- donde Chen logra una ajustada dirección de cámara, unas tomas subacuáticas increíbles y una puesta que va más allá del esteticismo para alcanzar profundidad dramática.

Mientras la cámara se zambulle junto al joven nadador (Nicolás Mateo, error de casting en su elección) en la pileta cubierta o a río abierto, el film de la directora de Vagón fumador asume su aspecto visceral. La cámara respira, se agita, se ahoga junto al personaje como si fuese una extensión de su cuerpo. Ese registro tan íntimo permite crear una relación directa y casi única del protagonista con su espacio y tiempo a la vez que por momentos el agua es un elemento más relevante que el resto y por ende un personaje -no humano claro está- más. Pero desafortunadamente la realizadora encierra la trama en otros ejes dramáticos más comunes como el antagonismo entre un nadador joven y otro retirado (Rafael Ferro, inmejorable elección) por un caso de doping en una competencia; los avatares económicos que acarrean crisis de pareja y el sacrificio personal que implica involucrarse en un deporte de alta competición que demanda éxitos continuos y no hay margen para el fracaso.

Sobre este sector superficial o al menos poco novedoso, el film tiene poco que aportar y su redundancia explicativa lo desanima. Este desequilibrio opera en detrimento de todo lo que realmente se puede destacar desde la dirección, la fotografía y el minucioso trabajo del sonido. Con sus altibajos, el segundo opus de Verónica Chen es una chance de ver un cine argentino que busca reinventarse, aunque todavía le falte definir un rumbo.

Título: Agua.
Título Original: Idem.
Dirección: Verónica Chen.
Intérpretes: Rafael Ferro, Nicolás Mateo, Jimena Anganuzzi, Leonora Balcarce, Gloria Carrá, Diego Alonso Gómez, Pablo Testa y Martín Andrada.
Género: Drama.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 88 minutos.
Origen: Argentina.
Año de realización: 2006.
Distribuidora: Primer Plano.
Fecha de Estreno: 21/09/2006.

Puntaje: 6 (seis)

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