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viernes, 26 abril 2024
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Se lanza Grandes Estrellas de Cine, un proyecto dual del escritor Maximiliano Curcio

Amigo y colaborador desde hace años de CineFreaks, Maximiliano Curcio se ha ido forjando su camino en el medio con perseverancia, pasión por el métier y una capacidad de escritura asombrosa tanto por la calidad como por lo prolífico de sus textos. Además de su trabajo como crítico y periodista, su afán de investigar sobre un arte que lo fascina lo ha llevado a la publicación de una ambiciosa colección intitulada “The End”, así como también “100 Directores de cine: Estudio crítico del lenguaje”. De la mano de Editorial Vuelta a casa ahora es el turno de un proyecto dual: “Grandes Estrellas de Cine: Héroes y villanos” y “Grandes Estrellas de Cine: Divas fatales”. Ambos libros serán lanzados a la venta a fines de este mes y seguramente serán otro rotundo pleno de un autor que ama lo que hace y esto se transmite nítidamente al siempre agradecido lector.

¿Pero de qué va este díptico de casi seiscientas páginas de locura por el cine? Nadie mejor que Maximiliano Curcio para explicarlo…

Miles de libros la historia del cine ha escrito (y lo seguirá haciendo) acerca de mitos intocables, leyendas vivientes, enfant terribles, fenómenos fugaces o tragedias inexplicables que conforman ese enorme mosaico de estrellas. Constituyentes en un pilar sobre el cual el séptimo arte testimonió parte de su profuso andar, tendiendo un puente imaginario que abraza tres siglos, desde la primera proyección oficial, un 28 de diciembre de 1895, en el sótano de un café de París, hasta hoy. Aquí se inserta el díptico “GRANDES ESTRELLAS DE CINE”, en búsqueda de aquel perenne fulgor, con miras a testimoniar la propia historia de amor entre un periodista cinematográfico y las estrellas que lo sedujeron por siempre. A lo largo de las páginas que conforman tanto “HÉROES Y VILLANOS” como “DIVAS FATALES”, un enésimo ranking posible es ejercitado, visibilizando imprescindibles figuras del cine de todos los tiempos y latitudes. Un cúmulo de nombres y apellidos que salen a la luz luego de permanecer durmiendo, quizás, un tiempo más allá de lo prudencial. Una memoria cinéfila personal que revivió en sueños, una y otra vez, escenas imborrables, creyéndose protagonista de cada secuencia. Afortunadamente, todavía nos quedan maravillosas actuaciones por descubrir, a través de infinitas películas que nos sigan inspirando. Es por ello que lo invito, estimado lector, a sumergirse en la aventura de indagar en la procedencia, la trayectoria, los hitos y las particularidades que graficaron la carrera de cada intérprete aquí elegido. Aquellas luminarias que nos esperan, esplendorosas, al otro lado de la pantalla, siempre dispuestas a entregarnos esa línea de diálogo inolvidable o ese sutil gesto que guardaremos en nuestro corazón para siempre. Estrellas incandescentes y brillantes en la pantalla de cine, tan eternas e inasequibles como en el infinito firmamento.

El autor Maximiliano Curcio despuntando el vicio como buen cinéfilo que es…

Cada estrella persigue el anhelo de recrear, una y otra vez, la perfección de una actuación tan auténtica con la motivación de que la audiencia se vea reflejado en ella. Aceptan la verdad que les toca interpretar, expresan pensamientos, responden a emociones. Intuyen sensaciones, conocen experiencias. Estímulo y réplica. No hay límite para el actor y su capacidad creativa, a la hora de ensayar aquella fantasía, que no implica una experiencia consciente en la vida. No hay necesidad de sustitución, hay mecanismo de invención. Astros dotados de talento, carisma y magnetismo, sabrán sorprendernos por siempre. Como espectadores maravillados, contemplamos el aura brillante de cada uno de ellos. A quienes amamos odiar, o viceversa. Vemos lo que deseamos ver y nos es revelado. Ellos se entregan a nosotros. Son nuestra conciencia narradora. Los indios creían que la imagen fotografiada se apoderaba del espíritu, y muchas veces sucede de ese modo. Un solo personaje puede definir la vida personal del intérprete, más allá del impacto profesional. Forma parte del oficio, pueden probarse los límites del propio paradigma llevando hacia horizontes insospechados la indagación sobre la innata curiosidad. Actores, seres sensibles e inteligentes con el alma de un payaso. En “Hamlet”, William Shakespeare sugiere que el trabajo de un intérprete debe ser un espejo de la realidad que habita, sosteniendo la verdad imperecedera a través de la ilusión jamás abandonada; la misma ficción que sigue existiendo, al otro lado de la pantalla. Quizás, cuando esa ilusión nos abandone, dejaremos de vivir.

Para más información conectarse por Instagram: Innermamba83; por Facebook MaxiCurcioEscritor.

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