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jueves, 25 abril 2024
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Entrevista a Luciano Onetti: No me gusta ver un film desde el lado de crítico, sino de espectador.

Por Pablo Arahuete

¿Se puede hacer cine de género argentino de calidad?, claro que sí y para botón de muestra tomar contacto con el nuevo opus de los hermanos Luciano y Nicolás Onetti se reconforta la mirada con una historia bien argentina y que no pierde un ápice de actualidad sin caer en lugares comunes dentro de los confines de una fórmula exitosa como la explotada desde la icónica La masacre de Texas. De eso y otras cuestiones giró la grata charla con Luciano Onetti que nos cuenta en primera persona la experiencia de rodar Los Olvidados en Epecuén y respirar el dramatismo de un escenario en ruinas donde el cine vibra al paso del terror. 

Pablo Ernesto Arahuete: – ¿Cómo se dividen las tareas del rodaje con tu hermano y cómo elijen las historias teniendo presente el enorme peso de lo  referencial tratándose en este caso de slasher? 

Luciano Onetti: -La idea de dirigir juntos en “Los Olvidados” fue la mejor decisión, mas allá de que luego del rodaje cada uno tuviera sus tareas bien definidas. Y esta implicancia de varios roles que tenemos mi hermano y yo no significa un rasgo en nuestras personalidades, ya sea ambición, ego o porque somos fanáticos del trabajo, todo lo contrario. Cuando empezó toda esta movida del cine siempre fue así, como un juego de hermanos. Funciona como una balanza. Nicolás, que también fue el productor de la película, se ocupó de toda la organización, de hacer “lobby” digamos, trámites en el INCAA, contactar a los actores, etc; todo esto con antelación al rodaje, y post rodaje, distribución de la película en cines, ventas, promoción y difusión, etc. Para ello, decidió conformar un pequeño grupo de trabajo junto a Mariano Oliveros y Paula Ríos. Realmente todas estas cosas yo personalmente no hubiera podido hacerlas, quizás si, pero hoy estaría en una clínica psiquiátrica. En ese mundo hay situaciones o personas que quieren tomar ventaja y aprovecharse, contratiempos, fechas límite, cambios abruptos que no pueden ser previstos. Implica estar con el celular en la mano todo el día hablando y hablando como un broker de la Wall Street. 

En cambio, mi trabajo no fue menos, pero fue artístico. Me encargué del montaje, producción de sonido, color y realización de la banda sonora del film. Eran muchas tareas para una sola persona, pero es algo que disfruto hacer.

Por eso anteriormente te decía que fue la mejor decisión la de dirigir juntos. Durante el rodaje mi hermano se encargó de trabajar más el desarrollo actoral, mientras que yo me encargué de la parte técnica. Yo podía dirigir desde el “rack” o monitor donde se ve lo que la cámara está filmando y mi hermano dirigió desde el set. Eso nos dio una gran ventaja para ahorrar tiempo ya que, al ser yo quien iba a montar la película sabía en mi mente en qué partes iba a cortar o editar. Entonces, me daba cuenta en ese mismo momento si debíamos repetir un plano o si era necesario como para tener de respaldo. 

Respecto a la historia del film, fue algo que se nos ocurrió casi telepáticamente. Cuando conocimos Epecuén se nos presentaron dos ideas. Hacer una película de género slasher al estilo La masacre de Texas o una película de zombies al estilo de los films de George Romero. Optamos por la primera opción.

Con esto no digo que allí no puedan hacerse otros géneros como post apocalipticos, o de guerra, o quizás hasta un documental sobre la verdadera historia del lugar. Aun así decidimos hacer un slasher no tan ficcional, porque la historia real de Epecuén se cuenta en “Los Olvidados”. 

Entrevista a Luciano Onetti: No me gusta ver un film desde el lado de critico, sino de espectador. 1

P.E.A.: –  Las páginas de los diarios y las horas de los noticieros son un reflejo de atrocidades y terror local ¿hay cierta mirada propia sobre el terror argentino cuando todo parece responder a fórmulas ya conocidas?

Luciano Onetti:El slasher como subgénero dentro del terror tiene una fórmula muy marcada. Si uno mira diez películas de este género, mayormente norteamericano, te darás cuenta que la estructura en cuanto a guión es la misma. Y convengamos que las historias son similares. Un grupo de jóvenes que van de vacaciones a un lugar determinado y son masacrados. ¿Básico no? Pero es lo que funciona. Es como si fueras al cine a ver una película de exorcismos. Ya sabés lo que vas a ir a ver. Entonces, nosotros no quisimos corrernos de la fórmula ya implantada del slasher pero sí darle el tinte local bien argentino. No me refiero al clásico género costumbrista argentino, sino a meter referencias propias de nuestro país, de nuestras tierras y además hacer uso de una tragedia real, la que ocurrió en Epecuén. Y uno al ver noticias en los diarios o televisión se asombra de que nuestra película no está muy lejos de la realidad actual, lamentablemente. 

P.E.A.: – Ya en el anterior estreno Francesca , segunda película Giallo, se vislumbra  rigor a la hora de planificar planos y puesta en escena ¿qué predominó a nivel visual en  el caso de Los olvidados?

Luciano Onetti: El género Giallo italiano de por si es arte puro. No sé si tanto respecto a contenido ya que eran policiales básicos. Pero tiene ciertos rasgos particulares que hacen al Giallo único en su especie. Nosotros tomamos de ese género la puesta en escena, especialmente los planos a los que te referís. En el caso de Los Olvidados lo que predomina visualmente es la locación, sin dudas. Las ruinas de Epecuén. Hay una energía muy rara allí. Y eso intentamos mostrarlo en la película con distintos planos “artísticos”, pero claro, sin abusar. Sabíamos que Epecuén era un protagonista más de la película, el principal quizás. Pero respetamos tanto lo que ocurrió allí que decidimos no hacer tanto abuso visual del mismo. 

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P.E.A.: – ¿Cómo trabajan con los actores las escenas de mayor exposición corporal y psicológica,  dado que el éxito de una buena escena depende del grado de credibilidad que puedan transmitir ? 

Luciano Onetti:Realmente hubo escenas en que el aire que se respiraba en el set era agobiante. Precisamente en la que la actriz Paula Brasca comparte escena con Chucho Fernández, quien demuestra la locura en su esplendor. Veíamos cómo Paula se retiraba del set para hacer ejercicios de respiración y meditación. Pero aun así considero que no le alcanzó para sobrellevar la impronta violenta de Chucho, a tal punto de terminar yéndose en llantos. Yo, por mi parte, cuando veía que algo no me cerraba desde el rack, me acercaba a algunos actores y les decía que improvisaran. Porque considero que a veces la locura no suele ser bien actuada. Entonces preferí que se dejaran llevar por la situación y por el set macabro que se había armado.

La película está muy bien actuada. Es creíble dada las circunstancias. El cine argentino no está acostumbrado a mostrar escenas así, por lo general hay momentos angustiantes pero van de la mano de lo dramático. Aquí se nota claramente el acecho de estos criminales y el miedo de los protagonistas. Si estabas acostumbrado a ver a Vico Dalessandro en roles de galán ahora lo verás no sólo haciendo eso sino que también podrás verlo llorar en desesperación, y eso no es fácil de lograr, y realmente quedó increíble, bah, muy creíble.

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P.E.A.: –  Respecto a los personajes femeninos: ¿hicieron un casting de gritos o gritonas? 

Luciano Onetti:Sinceramente no hicimos castings así. Primero buscamos a las actrices que dieran con el perfil de los personajes. Creo que lo demás depende de ellos. A los actores les gusta probar cosas nuevas. Adaptarse a un nuevo rol significa en ellos una nueva meta por lograr. Y confiábamos tanto en sus capacidades actorales que al final todo salió mejor de lo que imaginamos en principio. Más de uno en el set se quedaba sorprendido al ver esos gestos de dolor y de espanto, y ni hablar cuando se escuchaban gritos. Realmente era como si todo lo que sucedía allí en el set estaba ocurriendo verdaderamente. 

P.E.A.: – Tengo entendido que contaron con un mayor presupuesto, algo poco común para este tipo de proyectos ¿cómo administraron ese plus o extra cuando tuvieron que pensar en esta película de alto corte comercial? 

Luciano Onetti: Nosotros veníamos haciendo cine ultra independiente a diferencia de “Los Olvidados”. Pasar de tener un grupo de 2 o 3 personas a 40 es un salto muy grande, ya sea a nivel enconómico como a nivel de factor humano respecto al profesionalismo que tenían nuestros colaboradores. Sin el aporte del INCAA hubiera sido imposible filmar una película de este nivel. Y cuando ves la película de “Los Olvidados” te das cuenta de su factura técnica. No es una película con demasiado presupuesto pero aun así, gracias a la administración que hizo Nicolás pudimos hacer valer ese dinero para hacer un rodaje de casi un mes de duración y en otra ciudad, con todo lo que eso implica.

P.E.A.: – ¿Cómo fue la experiencia en Cannes, donde fue elegido el film junto a otro argentino, y qué mercados abrió al cine de género argentino?

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Luciano Onetti:Que pasen tu película en el prestigioso festival de Cannes no tiene precio, eso significa muchas cosas. primero el reconocimiento de un buen trabajo realizado y segundo, demostrar el crecimiento que está teniendo nuestro cine local. Una especie de cine de exportación. Y ese festival, tanto como muchos otros, dan la posibilidad de que se abra el mercado. Es casi como el fútbol. Hay muchas distribuidoras y productoras extranjeras que ven una película realizada acá y le ven un futuro en el mercado, y también están buscando talentos para luego hacerlos participar en sus proyectos. Hacer un film de estas magnitudes no sólo significa un sueño personal sino también como trabajo a futuro. Porque si uno ama hacer estas cosas es posible que se quiera vivir de esto, que se reconozca el trabajo realizado como cualquier otro trabajo que no sea artístico.

P.E.A.: – Al ser consumidores de este tipo de géneros desde siempre y ahora hacedores ¿cuáles fueron las transformaciones desde el lugar de espectador al de realizador, qué perdura y qué se perdió al instante de pensar y ver una película?

Luciano Onetti: Para nosotros fue un sueño porque siempre fuimos espectadores. De hecho no estudiamos la carrera de cine. Veíamos siempre películas con el sueño de hacer algún día una. Y hoy nos tocó eso. Por eso aún seguimos siendo espectadores, porque aprendemos día a día viendo películas. 

La única diferencia de ver una película hoy en día es que ves todo lo que antes no. Ves la parte técnica, planos, errores. Y eso a veces está bueno y a veces no. Primero, porque quiere decir que vas aprendiendo, y segundo a veces no está bueno no meterse en la historia de un film por ver esos detalles. Por eso me encanta cuando veo una película sin ver esas características, eso quiere decir que el guión de esa película me atrapó desde el inicio. Además, no me gusta ver un film desde el lado de critico, sino de espectador. 

P.E.A.: – ¿Qué representó para ustedes haber filmado en Epecuén, y qué aspectos de ese lugar en ruinas aportaron ideas para la película?

Luciano Onetti:Primero, haber cumplido el objetivo que se nos presentó cuando conocimos el lugar. Nada mejor que ir cumpliendo objetivos en la vida. Eso implica que no hay que tener miedo de concretar los sueños. 

Y las ruinas del lugar prácticamente significaron la idea del guión. Es decir, la historia de “Los Olvidados” fue adaptada al lugar. No fue que teníamos una historia y debíamos encontrar un lugar para filmar, sino al revés. Teníamos el lugar, ahora escribamos una historia. 

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