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sábado, 27 abril 2024
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Amando a Maradona: El camino del héroe

Por Pablo E. Arahuete

De aquella historia del pibe de Villa Fiorito. guapo en el potrero e irreverente en el fútbol, se fue consumando una leyenda tan importante como cualquier gesta patriótica. Y de esa leyenda, transmitida oral y visualmente de generación a generación, se va construyendo un mito, un modo de sentir y de entender la vida con sencillez, bajo el reducido discurso de lo blanco y lo negro, lo bueno y lo malo, lo que es leal y aquello que no lo es. La realidad compleja y multifacética circunscripta a la lógica de un partido de fútbol, donde se gana todo o se pierde todo porque el empate implica revancha y entonces se retroalimenta la chance del vencido y, con ello, la posibilidad de superar al fuerte en una épica que no entiende de razones, sino de emociones. Quizás, así uno pueda arrimarse al fenómeno cultural “Maradona”, reproducido en cualquier rincón del planeta. Pero detrás de ese ícono popular, indiscutiblemente uno de los más importantes del siglo 20 y, sin lugar a duda, el más representativo de Argentina, aparece un hombre común, auténtico, visceral y contradictorio que aún conserva la mirada ingenua de aquel chico humilde y guerrero habilidoso con la zurda. Entre esos dos extremos se sitúa la cámara de Amando a Maradona, documental coproducido por Argentina y Nueva Zelanda, dirigido por Javier Vázquez. Desde su título que podría considerarse ya una declaración de principios y una anticipada toma de posición frente al personaje homenajeado, debe asumirse el riesgo de caer en el manifiesto pro maradoniano y así demonizar cualquier aspecto que se presente como contrario, cuestionador o negativo.

Si bien la omisión de voces y testimonios disonantes es notoria, esta suerte de oda al astro futbolístico encuentra su impronta poética en las imágenes, algunas ya vistas y otras inéditas, entre ellas, el arroyo Maradona y el documento más llamativo: la misa maradoniana, con procesión y cantos alusivos. El filme de Vázquez asume su carencia de rigor periodístico, se abstiene de ejercer el rol de juez y enrostra su evidente piel de hincha, su mirada contaminada de devoción hacia un Maradona que se encarga de aclarar que eso de asemejarlo con Dios obedece al terreno del fútbol y nada más. Pero para el hincha, Dios es una palabra, una idea tan lejana como inaprehensible.

En cambio, “el Diego” se erige como el símbolo tangible, cambiante, mutante, que puede llevarse hasta en la piel y entonces aquella distancia infranqueable se achica, se torna invisible en un tatuaje.

Otro elemento que suma la idea de un enfoque unívoco, íntimo, epidérmico sin contemplar aristas, grietas, aspectos oscuros. De este modo, el itinerario por el mundo Maradona no persigue otro objetivo que acumular emociones, recoger un coro de cabezas parlantes que enfatizan la dualidad entre el bien y el mal, atizan las brasas de las teorías conspirativas y justifican las debilidades y desinteligencias de su héroe.

En esta dialéctica sin matices, se apoya el criterio -objetable o no- del documental que recorre los inicios (la imagen de un bebé en plena gestación es elocuente), infancia, ascenso, apogeo y ocaso (aunque las derrotas con la droga aparezcan como el único problema y las malas compañías como algo pasajero) del jugador. Amando a Maradona no es una gran película, pero tampoco se la puede tildar de operación de marketing pura; es un desborde emocional que se vale de un montaje de imágenes bien cuidado, cuyo fin radica en abordar un fenómeno cultural y mundial convertido por el folklore popular en un héroe demasiado humano. Un hombre común, que lucha contra la adversidad propia y ajena, carga con la impotencia propia y ajena e intenta gambetear el inexorable final de un partido con el aliento eterno de una hinchada sin nombre y sin rostro que unifica la frustración en un solo grito: Diegoo, Diegooo.

Título: Amando a Maradona.
Título Original: Idem.
Dirección: Javier M. Vázquez.
Intérprete: Diego Armando Maradona.
Género: Documental.
Clasificación: Apta todo público.
Duración: 75 minutos.
Origen: Argentina / Nueva Zelanda.
Año de realización: 2005.
Distribuidora: Primer Plano.
Fecha de Estreno: 12/01/2006.

Puntaje: 6 (seis)

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