Ni los fans de Jean-Claude Van Damme (¿quedan todavía?) sabrán disculpar este mamarracho de acción que plagia descaradamente fuentes diversas para servir un producto tan obvio como técnicamente mal hecho. Es conocida la anécdota de que en 1995 la Universal Pictures le ofreció a Van Damme un contrato por tres películas que el belga no aceptó por estar disconforme con el monto global de dinero estipulado en el mismo. El ¿actor? hizo una contraoferta pero el estudio no quiso renegociar, y ese fue el comienzo del fin de su carrera en las grandes ligas del cine major americano.
Hubieron varios intentos fallidos por salir a flote con títulos como Máximo riesgo (1996), La colonia (1997), Golpe fulminante (1998) o Soldado universal: el regreso (1999) pero fracasaron en la taquilla e incluso lo más reciente de su producción fue editada directamente en video sin pasar por los cines. Es el caso de Ataque al tren, que mezcla un poco de Duro de matar con Alerta máxima 2 -más un toque rudimentario de espionaje- para perpetrar una serie de secuencias de acción pobremente realizadas, con los F/X –en especial maquetas de helicópteros y trenes- más ridículos que se hayan visto en mucho tiempo, con una trama que no involucra en absoluto al espectador, y para colmo de males con un elenco masculino monolítico.
La historia, más inverosímil que lo habitual, cuenta cómo el agente de la OTAN Jacques Kristoff (Van Damme) debe escoltar a la bella ladrona y artista circense rusa Galina Konstantin (Laura Elena Harring) en un viaje por tren hasta atravesar la frontera eslovena donde ella, a cambio de una fuerte suma, entregará un arma química que ha robado tan fácilmente en la primera escena de la película que, francamente, promueve a risas. Esta pareja, cuándo no, despareja se topa en su travesía con unos mercenarios cuyo objetivo es hacerse de la ya mencionada arma, y para lo cual toman al pasaje y a la tripulación por rehenes, mientras el buen Jacques intenta restablecer el orden perdido a la manera de John McClane en Duro de matar. Algunas complicaciones adicionales, como la liberación del virus robado y la sorpresiva llegada de su mujer e hijos, no alcanzan para darle alguna espesura al asunto, porque todo huele a naftalina desde el vamos.
El director de este engendro, Bob Misiorowski, cree tener ideas modernas cuando divide la pantalla para seguir dos líneas de acción alternas, pero el recurso no hace más que generar confusión. Por lo demás su trabajo se limita a repetir distintos clisés ya agotados en este tipo de relatos, como ser la clásica explosión con los personajes corriendo hacia cámara en slow-motion. Como alguna vez procuró Sylvester Stallone, el amigo Van Damme se ocupa de imponer a su primogénito Kristopher Van Varenberg en el impensado rol de… su hijo en la ficción. ¡Y lo incita a tirar pataditas como papito!
En fin, lo más rescatable hay que buscarlo por el lado de Laura Elena Harring, la voluptuosa actriz de origen mexicano que estelarizó El camino de los sueños. La Harring, hasta el momento la primera y única latina que obtuvo el título de Miss Estados Unidos –para más datos, en 1985-, exhibe cierta convicción en la media hora inicial de película, pero luego, con los sucesivos traspiés que proponen los torpes guionistas, se va opacando hasta desdibujarse completamente. No obstante, su sugestión y belleza física permanecen inalterables y no deja de ser un placer verla (espero que después de este bochorno Lynch la convoque nuevamente).
Título: Ataque al tren.
Título original: Derailed.
Dirección: Bob Misiorowski.
Intérpretes: Jean-Claude Van Damme, Tomas Arana, Laura Elena Harring, Susan Gibney, Kristopher Van Varenberg, Jessica Bowman y Lucy Jenner.
Género: Acción, Thriller, Espionaje.
Calificación: Apta para mayores de 13 años.
Duración: 89 minutos.
Origen: EE.UU./ Aruba.
Año de realización: 2002.
Distribuidora: Gativideo.
Fecha de estreno: 09/04/2003.
Puntaje: 1 (uno)