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sábado, 27 abril 2024
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Titanic 25° Aniversario: La quinta. Tocado y hundido

Por Juan Alfonso Samaja

Un grupo de buscadores de tesoros opera en el sitio del naufragio del Titanic, intentando hallar una antigua y rara joya de color negro conocida como el “corazón del océano”. En esta última incursión ha podido recuperar la caja fuerte de uno de los camarotes, donde presumiblemente se encuentra el tesoro anhelado, y, con grandes expectativas, los integrantes del equipo abren la caja. La joya, sin embargo, no se encuentra allí; en su lugar aparece el dibujo a mano de una hermosa muchacha, vestida únicamente con aquella joya sobre sus pechos. A los pocos días el dibujo es exhibido por los medios televisivos; una anciana se reconoce en el dibujo, e inmediatamente se contacta con el director del proyecto. Una vez que se encuentra con aquel hombre y su tripulación, la mujer relata la historia de ese dibujo, que oculta una trágica historia de amor.

Análisis

En ocasión del 25° aniversario del estreno de Titanic, e intentando sacar réditos extras por el mes de los enamorados, Fox ha decidido relanzar en las salas comerciales la película de James Cameron, remasterizada y en formato 3D.

Sobre la historia del Titanic fueron realizadas 4 películas anteriores a la versión de Cameron: una versión inglesa (Titanic: Disaster in the Atlantic), dirigida por Ewald André Dupont en 1929; una versión alemana (Titanic), dirigida por Helbert Selpin en 1943, una versión norteamericana de la misma empresa Fox (Titanic) dirigida por Jean Negulesco en 1953, y una nueva versión inglesa (A night to remember), dirigida por Roy Ward Baker en 1958. Puesto que la versión de Cameron de 1997 presenta un enfoque diferencial y original, pero también algunas semejanzas notables respecto de aquellas producciones anteriores, resulta pertinente hacer algunas menciones sobre los enfoques diferenciales de cada una de estas películas, para apreciar mejor las decisiones originales de la producción última.

1) Titanic (1929)

Se trata de una película realizada en pleno proceso de sonorización cinematográfica, y una de las primeras producciones realizadas con el sistema de registro sonoro sobre la banda óptica (las primeras versiones de cine sonoro requerían una sincronización entre un proyector de cine, y un artefacto de reproducción de fonografía, la última producción realizada con este antiguo sistema fue El cantor de Jazz, en 1927). También fue una de las primeras producciones que se realizaron en el marco de la producción multilingüe (filmándose varias escenas de diálogos con actores de diferentes nacionalidades, y en diferentes idiomas; en este caso: alemán, inglés y francés).

Mencionamos este contexto de la reciente sonorización porque fue éste un factor que entorpeció bastante el proceso de rodaje, haciendo de la película una pieza excesivamente teatral. Por otra parte, la muy reciente sonorización de las imágenes en movimiento llevó a algunos directores (Dupont entre ellos) a una precaución excesiva para garantizar la inteligibilidad de los diálogos, haciendo que los intérpretes hablaran muy lentamente, lo que malogró de manera significativa el pulso emocional de una historia que requería un temperamento más nervioso.

La versión inglesa de 1929 tematiza el naufragio del Titanic, pero poniendo el acento en la dimensión melodramática del aleccionamiento, por medio de la caída, epifanía y redención de uno de los protagonista. De este modo, el relato se organiza alrededor de un matrimonio que ha entrado en crisis; la esposa advierte que su marido ya no la ama, y llora sobre el hombro de una hija buena que la consuela y acompaña. El clímax de este conflicto se desencadena cuando descubren al marido manteniendo un romance con una de las pasajeras del barco. El contrapunto de este melodrama lo constituyen otras dos parejas: un matrimonio de ancianos que celebra su aniversario, y una pareja de jóvenes enamorados que están a punto de casarse y ven todo color de rosa. Cuando se comunica a los pasajeros la situación del hundimiento inminente el esposo se muestra arrepentido de sus actos y la esposa e hija le ruegan que intente salvarse junto a ellas, aunque él les dice que es imposible. El joven enamorado convence a su prometida de subir a uno de los botes, para salvar su vida, truncándose trágicamente aquella historia de amor, mientras que el matrimonio de ancianos decide permanecer juntos en el barco hasta el final.

2) Titanic (1943)

La versión alemana de 1943 tiene bastantes atractivos y diferencias respecto de las versiones restantes (anteriores y posteriores): por ejemplo, focaliza el tema de la empresa británica White Star Line, y los oscuros intereses del capitalismo financiero, que llevaron al desastre del hundimiento, a partir de una serie de decisiones intencionales imprudentes, debido a una ambición desmedida. Todo el relato gravita alrededor de la intriga, y en este marco la catástrofe misma como las historias sentimentales pasan a un segundo plano aportando, sin embargo, matices y dinámicas fundamentales a una narración bastante bien organizada.

3) Titanic (1953)

La versión de la Fox de 1953, a pesar de poner el centro del asunto en la crisis de una familia, es probablemente la que más se acerca al tono patético y sentimental que presenta la película de Cameron. El relato narra la historia de una mujer que se embarca junto a sus dos hijos, queriendo escapar de un esposo a quien ya no quiere confiar la educación de sus hijos, por considerarlo un mal ejemplo. La mujer (una norteamericana exiliada) anhela regresar a Michigan para educar en valores severos y simples a su familia, lejos de la mala influencia del marido; sin embargo, éste se las ha ingeniado para ingresar al transatlántico consiguiendo, sobre e último minuto un boleto en 3ra clase. Como ocurre con la versión del 29, esta versión norteamericana pone el foco sobre una crisis, aunque en este caso de la familia completa y no sólo de la pareja, ya que la hija y la madre conforman un núcleo problemático autónomo. De hecho, el núcleo del conflicto no es la intimidad de la pareja (o no lo es exclusivamente), sino el proyecto de familia que el marido quiere sostener y que la mujer aborrece. Como en la versión del 29, también aparece el tópico de la infidelidad, pero ahora es la esposa quien confiesa un viejo affaire, que la dejó embarazada de su hijo pequeño. Ante este descubrimiento, el marido manifiesta no querer tener ningún vínculo afectivo más con ese niño que hasta ayer adoraba, y que ahora siente como un extraño. Sin embargo, las vicisitudes del hundimiento del barco llevarán a una epifanía semejante a la de la versión del ’29.

4) Titanic (1958)

La versión del ’58, finalmente, es la que más influencia ha ejercido, a mi entender, en la producción de Cameron, al punto de encontrar escenas casi calcadas entre ambas películas. Esta segunda versión inglesa, profundiza, especialmente, las diferencias sociales, mostrando con cierto detalle la vida de la 3ra clase, como las situaciones de discriminación frente al salvataje. Este elemento es consistente con cierta actitud descriptiva de las costumbres y situaciones de aquella sociedad, evitando la profundización narrativa; como si la cámara pasara junto a cada personaje, tomando cierta distancia emocional y narrativa de sus peripecias; cada situación, cada escena, es apenas un cuadro, un paisaje impresionista. Y será precisamente este mismo tono el que Cameron instrumentará como estrategia enunciativa. No es casual, tampoco, que la película del ’97 también haga un énfasis paisajístico de las diferencias sociales, en el mismo sentido que propone el film inglés de 1958. A diferencia de la película de Cameron, el relato de Roy Ward Baker no presenta una historia romántica central, ni se focaliza una intriga, o en algún tipo de crisis de pareja o familiar; el foco narrativo está puesto en el análisis de las circunstancias técnicas y negligencias (errores humanos) que llevaron al hundimiento del Titanic.

La versión de James Cameron

a) Las diferencias

La versión de Cameron es la primera que de manera cabal hace del romance el centro del relato, es la primera que hace de la historia de amor un elemento estructural, transformándolo en un mecanismo narrativo de compensación. Y en ello reside, a mi juicio, su originalidad, y lo mejor de la película.

En las versiones del 43 y del 58 el tópico romántico es apenas un decorado para que se despliegue el verdadero protagonista de la historia: la intriga económica (en el primer caso), o la catástrofe (en el segundo). Por su parte, las versiones del 1929 y del 1953, que sí hacen del elemento sentimental el foco protagónico de la historia, lo proponen en una dirección inversa a la que ensaya la película de Cameron: mientras que en las primeras se tematiza la ruptura y hundimiento de las relaciones (como una repetición a escala de la crisis y hundimiento de la embarcación), esta última organiza una estructura de compensación: la relación compone lo que la naturaleza destruye. Mientras el Titanic se dirige inexorable a la destrucción, el amor de Jack y Rose es cada vez más sólido; mientras la embarcación se hunde, el amor de ellos los eleva y los hace volar. La propia condición social, que en la versión del 58 es apenas descriptiva e impresionista, aquí deviene parte núcleo conflicto central: primero los separa la sociedad, luego la naturaleza.

Este mecanismo de inversión, que se presenta como leitmotive estructural, se aprecia de modo categórico en el nivel interno de la historia romántica: Rose intentando arrojarse al mar, y Jack anunciándole que si ella se tira, él va a estar obligado a seguirla (“Si tú saltas, yo salto”). Esta situación de inicio de la historia entre ambos se invierte sobre el desenlace, donde Rose ahora salta desde el bote salvavidas hacia el interior del barco, para seguirlo a Jack a donde Jack esté. Esta inversión es incluso enfatizada por el diálogo, pues cuando Rose se reencuentra con su amado, y Jack le pregunta por qué ha regresado al Titanic, ella le devuelve a su hombre las mismas palabras heroicas que ella recibió de él: “tú saltas, yo salto. ¿Verdad?”

Ninguna de las producciones anteriores había conseguido un mecanismo de compensación tan eficaz, y, al mismo tiempo, de una potencia tal que consigue desplazar la tragedia marítima del Titanic, hacia la tragedia marítima que impide la concreción del amor perfecto.

b) Las semejanzas

Tratándose de diversas versiones sobre un mismo acontecimiento histórico es arriesgado plantear replicaciones intencionales entre el film de Cameron y las versiones anteriores, corriéndose el riesgo de caer en un recurso forzado, pues resulta previsible que en todas las versiones se tematice a un mismo accidente, y una misma secuencia de hechos. Sin embargo, más allá de ese parecido de familia que presentan todas las versiones en alguna medida, es posible apreciar en la película de Cameron ciertos elementos narrativos (a veces diálogos, situaciones y hasta escenas completas) que sólo parecen justificarse si asumimos que el director los ha tomado como referentes, para recrearlos (en mayor o menor medida) en el marco de su propia trama.

Haré mención únicamente de 5 casos: 1) Ismay aborda el barco de salvataje en un acto de cobardía, 2) la música que nadie escucha, 3) la música muere sonando, 4) la llamada a la cena como invasión de la caballería, 5) el protagonista sentimental que salta del bote para reencontrarse con la persona amada. Los tres primeros son casos de semejanza entre la versión de 1997 y la de 1958, los dos últimos entre la película del ’97 y la del ’53, ambas de la Fox.

1) La cobardía de Ismay (1997 vs. 1958)

En medio de las operaciones de salvataje de las mujeres y niños, el presidente de la White Star Line, Joseph Bruce Ismay, aprovechando el descuido de un oficial, toma asiento en el bote junto al resto de las mujeres y niños, a pesar de que no han terminado de subir todas las mujeres y niños del barco. El oficial advierte la situación y lo mira con desprecio. Si bien se trata de una situación aparentemente documentada por algunos testigos (de hecho, Ismay fue uno de los sobrevivientes), el diseño narrativo por medio de las imágenes es prácticamente idéntico.

Las imágenes de la escena de ambas películas no sólo ostentan una idéntica secuencia de imágenes (oficial que mira con actitud condenatoria al oportunista y cobarde Ismay- oficial que se resigna- oficial que da la señal de que bajen el barco), sino que presentan, además, un diseño de planos casi idéntico. La única diferencia es que la versión de 1953 presenta el rostro decepcionado del oficial, y el rostro de vergüenza de Ismay por medio de una alternancia de plano y contraplano, mientras que Cameron muestra ambos rostros en un mismo encuadre, empleando la profundidad de campo.

2) La música que suena, pero nadie escucha (1997 vs. 1958)

Se trata de la misma escena y del mismo diálogo. Uno de los músicos se queja al líder diciendo “¿De qué sirve? Nadie nos está escuchando”. A lo que el violinista responde: “Tampoco escuchaban durante la cena”. En la versión del ’53, el diálogo es: “¿Por qué tocar, si nadie nos escucha?”, a lo que el líder responde: “tampoco nos escuchan mientras comen y seguimos tocando”.

La identidad aquí está dada sólo por medio del diálogo ya que el diseño de los planos las dos películas es diferente. En la versión de Cameron se emplea un cambio de plano (de plano de conjunto a primerísimo primer plano), mientras que en la versión de 1953 se conserva el plano de conjunto en toda la situación.

3) Los músicos mueren sonando (1997 vs. 1958)

En el momento más dramático, el líder les dice a los músicos que pueden irse y tratar de salvarse. Los compañeros comienzan la retirada, pero de repente escuchan al violinista volver a tocar, todos regresan y se reúnen nuevamente en concierto.

La escena presenta un contenido y secuencia de la escena prácticamente idénticas: líder que libera a sus músicos- músicos que se van- músico líder que queda solo y comienza a tocar nuevamente- músicos que regresan y se unen al concierto. Nuevamente aparece una diferencia significativa en el diseño de los encuadres: mientras en la versión del ’53, Negulesco muestra las dos situaciones (el líder que se queda, los músicos que se van) por medio del muy clásico recurso del plano/contraplano, Cameron, en 1997 muestra todo con en profundidad de campo.

Se podrá argumentar que la identidad de contenido se debe a que se trata de una situación histórica que realmente ocurrió. Pero, la verdad es dudoso que los acontecimientos hayan transcurrido precisamente de esta manera. De hecho, el papel tranquilizador de la música, que aparece en otras versiones también (como la del ’29 y del ’53) emplea un relato completamente diferente: son los pasajeros los que mueren cantando en comunidad, mientras el barco termina de hundirse en el océano, y no un pequeño grupo de músicos que nadie escucha. La versión del ’43 omite directamente la totalidad del evento.

4) La llamada a la cena con trompa (1997 vs. 1953)

El personaje de Molly se queja del modo pomposo de convocar a los pasajeros al salón comedor, comparando el sonido del toque de trompa que emplean, con el que realizan los soldados para anunciar el comienzo de un ataque.

La identidad está dada no sólo en el sentido que el diálogo expresa (“¿Por qué insisten en anunciar la cena como un ataque de la caballería?” vs. “¿Es necesario anunciar la cena como si fuera la carga de la caballería?”) sino que se muestra por medio de un encuadre prácticamente idéntico (plano medio de 4 personajes en ambos casos). Hay únicamente 2 diferencias entre ambas situaciones: 1) la versión de Cameron ubica el diálogo en uno de los pasillos de exterior del barco, mientras en la película del ’53 la frase es expresada en el camarote de la familia; 2) en el film de Cameron la frase la enuncia Molly Brown (Kathy Bates), y en otra película, lo hace el padre de familia (Clifton Webb). En ambos casos, la frase pretende acusar el mal gusto de un transatlántico que tenía las pretensiones de ser lo más encumbrado del gusto en la época. Sin embargo, no es un dato menor que en la película del 53, la frase la enuncie el aristocrático Richard Sturges, mientras que en la versión del ’97 la exprese Molly Brown la democrática y nueva rica de Colorado. En e primer caso es un juicio crítico “desde arriba”, como quien juzga a la plebe, mientras que en el segundo, es “desde abajo”, como cuestionando un presunto buen gusto naturalizado, que en el fondo es petulante.

5) El objeto de amor que se hace sujeto del deseo (1997 vs. 1953)

Rose es conminada a subirse a uno de los botes salvavidas, pero al momento de descender al océano decide no abandonar a Jack. Este mismo asunto se presenta en la versión del ’53 pero con una diferencia de contenido: aquí es el hijo menor el que toma la decisión.

En ambos casos el sentido de la situación es idéntico y cumplen idéntica función narrativa: el sujeto –considerado frágil por el deseante- decide dejar de ser tratado como un mero objeto, para hacerse cargo de su deseo. En esa acción muestra su valía, renunciando a la prometida salvación para jugársela por el sujeto que ama.

En este punto, se unifican la versión del 53 y las 97, separándose muy notablemente de la versión del 29. En aquella versión también la mujer era conminada a subirse a uno de los botes, dejando a su hombre librado a la tragedia del hundimiento. También ella fue considerada un objeto de deseo frágil que ameritaba ser protegido. Pero a diferencia de la versión del 53 y del 97, en la película del 29 la mujer no regresa a buscar a su hombre, no se hace cargo de su deseo hasta las últimas consecuencias, como el hijo pequeño y como Rose. Y ello es consistente con el espíritu de derrota que se trasluce en toda la tripulación de la película del 29, en contraposición con la actitud heroica de la versión del 53, y la pulsión a la vida, que encarna especialmente la versión de Cameron.

Titanic de Cameron no es una película perfecta, presenta una duración desproporcionada para haber focalizado tan obsesivamente con una historia romántica tan absorbente, y una excesiva desatención de los personajes laterales que podrían haber ofrecido a la trama un conjunto orgánico de matices y complejidades, siendo el caso de que en el barco viajaban personalidades verdaderamente atractivas, con Molly Brown a la cabeza. Sin embargo, esa misma debilidad deviene su fortaleza en lo patético y emocional, ya que las versiones restantes precisamente adolecen de ese centro de gravedad en que deviene la tragedia amorosa de Rose y Jack.

Título: Titanic.
Título Original: Idem.
Dirección: James Cameron.
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Kate Winslet, Billy Zane, Kathy Bates, Frances Fisher, Gloria Stuart, Bill Paxton, Bernard Hill, David Warner, Victor Garber, Jonathan Hyde, Suzy Amis, Danny Nucci, Jason Barry, Ewan Stewart y Ioan Gruffudd.
Género: Drama de época, Cine Catástrofe, Romance.
Clasificación: Apta mayores de 13 años.
Duración: 194 minutos.
Origen: EE.UU.
Año de realización: 1997.
Distribuidora: Fox – Disney.
Fecha de Estreno original en Argentina: 05/02/1998.
Fecha de reestreno en 3D: 12/04/2012.
Fecha reestreno 25° aniversario: 09/02/2023

 

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